ángel haciéndose el despistado En la mayoría de las empresas miran para otro lado cuando

  • preguntamos dónde están las claves para acceder a un determinado servicio
  • o con quién se debe hablar cuando no funciona algo

Es decir, no se tiene muy claro quién debe encargarse, ni dónde ni cómo debe almacenarse la información asociada, que en algunos casos además, puede ser sensible y, por tanto, puede requerir que se apliquen medidas especiales de protección (véase Implantación y adecuación a la Ley Orgánica de Protección de Datos).

Las averías y las malfunciones son inevitables y cuando se producen la Organización se resiente dando lugar a:

  1. Un pequeño caos que se traduce en estrés y pérdidas de tiempo.
  2. Búsqueda acelerada de proveedores que aporten soluciones: no hay documentación ni seguimiento, se toman decisiones bajo presión y pensando en lo inmediato.
  3. Recriminaciones entre compañeros que aducen que la responsabilidad es de otro generando fricciones que a medio o largo plazo se convierten en mal ambiente laboral.

Todo esto sin contar las pérdidas económicas y de tiempo y, en algunos casos, el deterioro de la imagen de la empresa, derivados de la interrupción de su actividad.

¿Qué lo distrae de su actividad principal?

desde abajoLos problemas más habituales se pueden clasificar en cuatro grandes grupos:

  1. Datos y programas (software): en la mayoría de las empresas no se han analizado las necesidades tecnológicas para desarrollar la actividad de la empresa y frecuentemente nos encontramos con aplicaciones inadecuadas bien por ser obsoletas, bien excesivamente complejas, bien costosas o bien por ser difíciles de mantener o de implantar.
  2. Parque informático (hardware): fruto de la misma falta de análisis, los ordenadores están mal dimensionados o las redes mal configuradas.
  3. Descontrol: el desconocimiento conlleva desidia, obsolescencia (mientras funcione para qué preocuparse: cuando deja de hacerlo, los años han pasado y ninguna empresa puede solucionar los problemas salvo con costes astronómicos), gestión dispersa (las sucesivas actuaciones se llevan a cabo de manera superficial y por personas diferentes, como consecuencia, nadie conoce la infraestructura con suficiente profundidad), no hay documentación o la que existe está dispersa y no se sabe siquiera que existe.
  4. Gestión de suministradores: cada vez que el técnico de una empresa suministradora lo visita, la maraña de cables crece, las conexiones se multiplican y nadie sabe nada... ¿le suena?.
  5. Averías e imprevistos: las cosas se estropean o funcionan mal.

Qué le aporta la estrategia de “problemas 0”

    tamborrada
  1. Formación del personal: para que desarrolle las tareas que le son propias, que se adapte a sus responsabilidades, con un uso mejorado de las herramientas y evitando malos hábitos que le hacen perder mucho tiempo.
  2. Mantenimiento preventivo de la infraestructura (hardware y software) mediante actuaciones periódicas previo estudio de su organización.
  3. Gestión securizada (véase Implantación y adecuación a la Ley Orgánica de Protección de Datos) de la documentación asociada a dispositivos, credenciales de acceso, garantías, empresas proveedoras, y un largo etc.
  4. Deje en nuestra manos la gestión de suministradores de servicios tales como operadores de telefonía o instaladores eléctricos. Nos aseguraremos de que los servicios se adecuen a sus necesidades y se integren en su infraestructura.
  5. Como consultores tecnológicos que somos, le sugeriremos mejoras en la gestión de personas y de la infraestructura, tanto a nivel de aplicaciones y gestión de datos como de dispositivos y redes.

Permítanos formar parte activa de su Organización aportando un punto de vista externo; véanos como una extensión del personal de su empresa en la que puede delegar con confianza gracias a nuestro conocimiento de su Organización y nuestra experiencia.

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